lunes, 31 de octubre de 2011

juguetes antiestres

Las Aves Sufren Depresión


Un síntoma de depresión en loros, cacatúas y guacamayas, es la automutilación que consiste en arrancarse las plumas hasta quedarse completamente pelones, explicó el especialista en el comportamiento animal, Alberto Tejeda Perea.

En entrevista con Notimex, el responsable de la Clínica del Comportamiento Animal, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootécnia, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la depresión en estas especies es el resultado de una serie de alteraciones en su modo de vida.

Los loros son animales que se manejan en parvadas y dentro de esta sociedad son animales muy fieles, tienden a formar núcleos de pareja y a tener crías con ellas hasta el momento de su muerte, sin embargo, ante la ausencia de ésta surge una serie de alteraciones en su conducta, como es el comenzar a desplumarse.

A estas alteraciones se involucra el factor químico, es decir, dejan de comer y esto, en los loros es muy problemático, porque su metabolismo es muy rápido que conlleva a daños muy fuertes, agregó la fuente.

Ahora bien, cuando conviven con la gente, los loros tienden a sustituir la pareja reproductiva por la persona que los crió o con la que lograron identificarse, de ahí que son facilmente domesticables y adaptables al ambiente del ser humano, precisó.

Con el cambio o la ausencia de esta persona con la que lograron identificarse, pueden ocurrir dos situaciones: en el caso de que el ave conviva con otros animales de su misma especie, ésta tiende a regresar con su pareja reproductiva y en ese sentido no se vería afectada su estabilidad emocional.

Por el contrario, cuando el animal vive solo, entra en un estado de estrés, deja de comer y comienza a desplumarse poco a poco hasta quedar completamente expuesta su piel, abundó.

Lo que hacen es arrancarse las plumas, es bastante frecuente ver que la gente supone que es porque hace mucho calor y se les va cayendo la plumas, pero no es así, comentó.

Es un patrón muy interesante, dijo, porque empiezan a arrancase las plumas del pecho, luego se alcanzan las de la cola y a veces sólo se quedan con las de las alas, lo cual se considera como una conducta compulsiva y es muy frecuente en guacamayas, cacatúas y loros huastecos.

Estos seres, que presentan este tipo de problema, llegan de manera muy frecuente a las clínicas del comportamiento animal.

A la UNAM llegan de cinco a seis casos al mes, pero varía en épocas de reproducción en la cual se incrementa significativamente la cifra.

Se revisa el origen de la depresión y se someten a una especie de terapia que consiste en darles mayor actividad con algún juguete, sacarlos a pasear o reubicar su jaula.

El tratamiento varía de una semana hasta un mes, dependiendo de el grado de depresión o alteración conductual que presente el ave, concluyó Tejeda, quien también es investigador y especialista en fauna silvestre.





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